4.5.03

Diario de abordo

Hoy, mientras mis enrojecidos ojos se abrían a la cegadora mañana de pelo enmarañado, de olor a tabaco y uñas negras; mientras surcaban mi mente los recuerdos, divertidos unos y vergonzosos los más, de la noche anterior y antes de los "apaga la puta radio" y "cierra la puta puerta"; había algo que me inquietaba más que ninguna otra cosa: ¿Por qué, si ayer estuve con los amigos de amena tertulia como las personas mayores, por qué parece que me vaya a estallar la cabeza cómo si me hubiera pimplado yo solo un cartón de Cumbres de Gredos?. Quizás fue porque nos bebimos así como mitad de la cosecha de Ribeiro a ritmo de calimotxo. Hubo de todo, risas, canciones, fotos sin flash, incluso excesos, mareos y vomitonas. Como en COU, vamos. Claro, que el botellón nos salío esta vez un pelín más caro pero al menos, como no nos emborrachamos en el parque, esta vez no iremos a la cárcel.

Tengo que hacer algo con este fondo, lo sé

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