Casi famosos
Hace tiempo que sé que Google es Dios, por lo menos en lo que respecta a la Web, pero no hace tanto que he reparado en su todopoderosa grandeza. Todo lo ve, todo lo sabe. Hay páginas y páginas de basura, pero aún así, todo el conocimiento del mundo, las mayores frikeces, y gigas y gigas de fotos porno, se encuentran al alcance de quien sepa buscar. Además, uno puede mirar por páginas que linken a una url determinada, por ejemplo www.sra.blogspot.com, y recrearse en su propia vanidad o llevarse un soberano chasco, según sea el caso. Supongo que pronto, en algún momento del futuro cercano, tomará consciencia de sí mismo y nos someterá a todos, pero dejemos ese tema para otro día.
Mientras escucho a lo lejos los gritos de Boris y de Rocío Madrid no hay mejor anti stress que perderse en sus páginas (vale, que seré un poco antisocial, pero es que a esas horas todo cristo está sobando). El otro día me dio por buscar mi nombre y apellidos, y con el mail también funciona. Da hasta vergüenza ver tu vida tan al alcance de todos... qué coño, es genial. Por el mismo sistema también he encontrado artículos y cosas de otros compañeros periodistas.
También he encontrado esto. Son restos de un naufragio, una reliquia, un fósil de hace menos de dos años, pero que aún así está cubierto del polvo de otra época. Eran tan apasionados, turbios, inmaduros y pagados de sí mismos como sólo pueden serlo los adolescentes, eran cuatro gatos y hacían kedadas para reafirmarse en su estatus de casi famsosos. Eran conscientes de su importancia porque podían, porque muchos les hacían (y les hacen) la pelota, y otros muchos les odiaban porque les corroía la envidia. Una gloria que, hasta entonces, sólo les estaba reservada en España a los famosos, a la gente de la tele y a algunos columnistas. Creo que en ese documento del que os hablo queda muy bien reflejado todo eso.
Ellos, y cuatro o cinco más, fueron los pioneros. No diré sus nombres porque me parece que no procede, pero ahí les tenéis a todos, como si de un crossover de la Marvel se tratara (o de una historieta del Superhumor para ser más castizos), discutiendo en el difunto greenbloggers al que no llegué por poco.

P.d. Sé que en poco tiempo ya van dos post en la misma línea metabloguística, por llamarlo de alguna manera. Yo también considero que ya me vale la tontería e interentaré enmendarme en lo sucesivo.