15.4.03

Informe sobre el SRA (15.ABR.2021)

Desde que el SRA anda suelto por el ciberespacio ya se cuentan por decenas las personas que me escriben porque empiezan a verlo. Primero lo perciben por el rabillo del ojo, como algo que está ahí pero es inalcanzable. Según se manifiestan los síntomas, a las pocas semanas, sus pupilas comienza a adaptarse a la realidad, a esa realidad. No hay que hacer nada, no hay madriguera del conejo blanco, más bien es una maya. A través de la maya, algunos miran, como quien mira un canal mal sintonizado. Algunos incluso entran.


Pueden verlos, eso dicen. Son los seres que se manifiestan en sus sueños: criaturas ígneas como pájaros de fuego, grotestos hongos que se mueven y cantan, los abejorros gigantes (con un rostro inquietantemente humano). A veces, también ven a los niños... los niños que también les miran a su vez desde el otro lado, les miran fijamente con sus ojos oscuros de ratón incrustados en sus caritas perfectas. Se quedan ahí parados, a veces sonríen o susurran, a veces se mordisquean unos a otros. A veces te sacan el corazón y se lo llevan corriendo para jugar a la pelota.


Todas estas cosas, según me cuentan, les acojonan bastante. Toman Zero, Yin-7 y algunos incluso se inyectan mescalina o cornezuelo para poder soportar el síndrome al menos durante las horas o incluso días que dura este trance inducido por las drogas.

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