Verano

El verano que estuviste en la playa
y yo estaba sólo en casa, sin saber lo que pasaba
y no me llamaste ni una sola vez...

Se aproxima otro verano en que, de nuevo, la 'normalidad' de todos será puesta a prueba. Llegó el momento de actuar, más que nunca, como autómatas del sistema y responder a la presión de las isobaras (o lo que sea) como Dios manda. Preparaos chicos y chicas... anuncio en la tele y, hop, nos miramos el michelín en una abdominal colectiva. ¡Qué guay!, ya tenemos licencia para ir en gayumbos por la casa, forzar el aire acondicionado hasta el apagón o, mejor, poner tiritas en el ventilador, que es más castizo. Y que no falte una botella de gaseosa rellena de agua ni media sandía en ninguna nevera. Y a 'gosar' con la canción del verano y demás sudáneos, que la horterada estival está más que permitida. Y lo más importante: sea como sea, hay que perder el culo para ir a la playa o hacer algo. Tener un plan antes de julio es casi más importante que estar casado antes de los 30 porque, si te quedas en Madrid, encima de que eres tú el que pasa calor resulta que eres gilipollas, pringao, rarito y no se qué más.
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Sí hijos, sí, me parece que otro verano más de prácticas y en casa viendo Spiderman.