14.3.03

Ciencia ficción
De lunes a viernes: Nicho, salgo del bloque-casa, tubo, corporación, vuelta al tubo, vuelta al bloque-casa, nicho. Es casi como un relato de ciencia ficción. Una sensación casi palpable de pertencer a un organismo y ser un sujeto Beta alienado por el Sistema. Y el caso es que me gusta. Se está calentito ahí dentro.
Cuando emerjo del tubo, a veces tengo la sensación de reaparecer y volver a ser un individuo, fuera ya del hipnótico vaivén del banco de peces. La calle está oscura y tranquila y podría ser esa misma calle hoy o dentro de 30 años. Me imagino que soy Yo de nuevo en ese camino a casa que es, de hecho, como la prolongación de mi casa.

Ya van dos días que me encuentro por ahí a Rumanía. No sé cómo se llama realmente, supongo que tiene uno de esos nombres que a nosotros nos suenan tan raros, pero una vez ví a un negro, también inmigrante, que lo llamaba así. Creo que todos aparcan, o hacen que aparcan, coches. Pues eso, que ya van dos noches que le veo sentado en la barandilla cerca de mi casa. Siempre en el mismo sitio. Mira a la gente que pasa, a las chicas sobre todo. Pienso que a esa hora podría, como yo, estar de vuelta del trabajo viendo la tele, por ejemplo, si no fuera porque, segurmante, no tiene trabajo, ni tele, ni casa donde enchufarla. Simplemente se sienta ahí en la barandilla porque hace bueno, sin nada mejor que hacer. Igual, cuando hace, frío se sube a la circular o a alguna línea larga con un brick de 'Cumbres de Gredos' metido en una bolsa y así pasa el tiempo echando alguna que otra cabezadita hasta que alguien le saca del vagón. Trato de pensar en cómo me sentía yo cuando estaba puteado ahí en Londres pero sé que es una idiotez, que ni siquiera ando cerca del enorme, pavoroso y hostil vacío con que él y otros muchos se encuentran todos los dias. Simplemente resulta imposible imaginárselo cuando uno está calentito y seguro bien agarrado al útero del Sistema.

No hay comentarios: