30.12.03

Navidad FNAC

Un año más se celebran en el centro de la capital las fiestas del consumismo navideño. Ahí estoy yo, como un glóbulo más dentro de la sístole y diástole del pulso de la calle Preciados. ¡Y esta vez tengo dinero!.
Según entras en la FNAC te de la sensación de que regalan algo, concretamente todo lo relacionado con El señor del los Anillos, Tolkien y la madre que los parió. DVD, videojuegos, librazos llenos de imágenes, muñequitos de la película y ediciones del lujo de cualquier tontería que tenga que ver con la Tierra Media conviven con las viejas ediciones de Timun Mas y Minotauro rescatadas del polvo.
La peña que atiende estaba que no daba a basto con las gilipolleces que preguntaba la gente. Hay algunos que se creen que para cuatro duros que pagan al personal encima tienen que ser críticos literaros, musicales y de cine al mismo tiempo. "Es una de Woody Allen pero no me se el título"... Mira niña, porque estás buena, que si no...
Claro, que veces es mejor ser idiota que ser listillo. En la FNAC es donde más listillos hay. Lo típico son dos amigos o novios. Cogen una película de esas imprescindibles y de culto o, simplemente, cualquiera que no sea el típico blockbuster hollywoodiense. Entonces el experto, el erudito, el listillo vamos, se cree con derecho y conocimiento suficientes para iniciar al amigo de marras o novia (que, por lo de demás, vive la mar de a gusto en el pozo de su ignorancia): "¿Has visto esta? Está super guay. Es sobre unos escoceses adictos a la heroína" (vale, lo de superguay es cosecha mía).
Y, como siempre que voy a la FNAC, me pregunto qué coño hace ahí la sala de lectura donde se congrega lo más execrable de la raza humana. Me los encuentro leyendo comics de gorra y algunos hasta tomando apuntes de libros. Como yo, la peña los miraba con cierta pena/asco, como si fueran animales del zoo. Algún día les echaré cacahuetes, para que tengan algo que comer los pobres.
En la última planta, sección cómics, un cartel de Norma hace la sana recomendación de regalar Spirit y 'Las noches eternas' (creo que se llama) de Sandman. Junto a los ya perennes frikis, roleros, niñas adictas al sohomanga y a evangelion, y algún que otro cuarentón nostágico de Tintín o Corto Maltés, ha florecido por Reyes un nuevo especimen: el padre esforzado y bastante confuso con una sobada lista en la que atisbé a leer "Swamp Thing" (qué iluso) entre otros títulos. El chaval será un capullo, pero al menos tiene buen gusto con los cómics.

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