22.10.03

Cuando tú vas, yo vengo de allí
Me muevo en un ejercicio de contradicción, como un salmón. De vuelta a casa, cada mañana, casi parezco uno mas entre la patética masa de bolsas, bolsos, maletines y best sellers que se asfixia en los vagones del metro a eso de las 7:00 AM. En el fondo yo os envidio, con vuestros bostezos, con vuestras ojeras, con vuesto café bebido y vuestos kilómetros de retención en la N-V. En octubre las farolas de apagan a las 8:00, el día es radiante y no tengo sueño ni frío, sólo me duele la cabeza. "Esto no es vida" - repetí un par de veces, como accionado por un resorte, mientras devoraba media medio paquete de galletas María- "¿Qué?". "Nada mamá, que ya es hora de despertarse".

Pero es mejor que nada...



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