11.6.05

Steamboy



Película de animación ambientada en la Inglaterra de finales del XIX, bla,bla, bla... Ahora es cuando yo hago una crítica de una película de esas que no ve nadie, haciendo referencia a datos que nadie conoce y a cosas que probablemene nunca existieron. Me lo paso bien.
Cada vez me parece más difícil de creer que Katsuhiro Otomo fuera el creador Akira, el cómic y, especialmente, la película que marcaron la década de los 90, casi tanto como Nirvana o Tarantino. Vale, personalmente me corro con Akira y mañana (como quien dice) haré un post del tocho de manga que me estoy leyendo y que me está encantando.
Otomo me asustó cuando adaptó al anime el 'Metropolis' de Osamu Tekuza, una soberana mierda que no había por donde cogerla. Sin embargo con 'Steamboy', en la que firma guión y dibujo, ya no tiene dónde esconderse. El regreso por la puerta grande del maestro del manga es una historia sin pies ni cabeza que recuerda bastante a la mencionada 'Metropolis'. No sé, será la forma que tienen los 'japos' de narrar, pero es que la peli es larga y pesada, las cosas no se sabe muy bien porqué ocurren, los personajes están burdamente definidos (tan pronto son aliados como se están matando), hay guiños absurdos como llamar a la niña pija Scarlet O'hara y al inventor yanki Robert Stephenson, y tiene fantasmadas que ni el mismísimo Stephen Sommers tendría los cojones de filmar...
Vamos, que hay que ser muy friki para que salgas del cine pensando que la peli es buena. Por lo demás, técnicamente la película es perfecta, y toda la imaginería steampunk-victoriana animada digitalmente está de lo más lograda (toma ya, a estas frases me refería al principio del post). Osea, lo mismo que podría decir de 'Wild, wild, west'.
Al principio hay una persecución muy inverosímil (que casusalidad, los dos tenían 'automotores') pero bastante chula y al final parece que vislumbras un poco ese ambiente de caos que Tetsuo desataba en Neo Tokio. También empiezo a estar un poco harto de esos traumas postnucleares de los mangakas y, ahora que caigo, esas dos escenas coinciden casi a la perfección con otros dos momentazos de 'Akira': las carreras de motos y el apocalíptico clímax. De todas formas, dos momentos no bastan ni por asomo para compensar 126 minutos de película y, mucho menos, trece años sin Katsuhiro Otomo.

No hay comentarios: