Diecisiete días sin postear. ¿Qué mal, no?. Motivos tengo. Primero, estuve en la playa. Tranquilito y descansando (un coñazo vamos), pero al menos vi el mar.
Segundo, el lunes empecé nuevo curro. Si bueno, también a mí me da grima el programa pero no está el percal para ir haciendo ascos al trabajo, y menos a este. Por el momento no estoy llevando el desfase horario demasiado bien. Esta mañana he conseguido dormir cinco horas, después de pasar 48 sin pegar ojo. Me da la sensación de que he ido a currar dos veces en el mismo día y así ha sido en cierto modo. El martes me lo pasé en la cama probando todos los remedios de la abuela pero nada. Por la noche, claro, me moría de sueño por no hablar de la migraña y los ataque de hambre. A eso de las cinco de la mañana uno ya ve y oye cosas... En fin, café y resignación.